Pan de Víznar

Gastronomía
 
Víznar es panadero desde sus orígenes. Ya en el siglo XVII, Enríquez de Jorquera en sus ANALES DE GRANADA hace cumplida referencia de esta actividad artesana:
 
Abunda de vino, con buena cría de seda; no le falta lo demás para su sustento. Trátase en él del amasijo del pan, que lo lleva a Granada de buena cochura y limpieza....
 
Sus afamadas tahonas, efectivamente, abastecieron desde antaño hasta nuestros días a la colindante vecindad de Granada, cargando sus capachos de panes de a libra, medias, bollos, roscas, salaíllas y jayuyos, tortas de la carda, de chocolate, de manteca y chicharrones, de cabello de ángel, de sabrosos hornazos el día de la Cruz y de alguna que otra especialidad de la rica y variada repostería moruna.
 
Hoy por hoy, esta estampa del pasado aparece indeleble, superada por los considerables avances que el transporte y la industria panadera aportan acordes con los tiempos. Nuevas y modernas instalaciones de las que salen a diario varios miles de piezas sin variar en un ápice la esencia de su sabor y calidad.
 
 
El secreto o la receta mágica, aquí no existen ni nadie los llevará a la tumba. Sólo cabe el buen hacer de sus gentes y el saber mantener alto el estandarte del prestigio merecidamente ganado a pulso de generación en generación.
 
Víznar se despierta cada mañana con olor de tahona y espera con mano abierta al visitante. En ello quedamos, no quedará defraudado.

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